El supervillano Tabaco

Recuerdan aquellos días cuando Marlboro, Camel, Delicados, incluso Boots (alguien se acuerda de esta marca?) salían a todas horas sin restricción de horario en la tele, en la radio, en los impresos, en fin, en todo medio posible con tal de atraer más fumadores?
Recuerdan esos viejos comerciales donde jóvenes con cuerpos esculturales salían fumando y disfrutando de la vida a más no poder, rodeados de placeres y sin temor a nada?

Desde hace varios años, el tabaco se ha convertido en un supervillano para los centros de salud, para instituciones y organizaciones que protegen la vida, para gobiernos, para empresarios, para... pero como todo supervillano, destruirlo se ha vuelto tarea casi imposible, pues mientras que esas organizaciones gastan millones de dólares en tratar de prevenir el consumo de "tan maligno" producto, las tabacaleras recogen las ganancias con un mínimo de inversión en publicidad.
Cada día más jóvenes se ven tentados al "placer" del tabaco ignorando por completo todas las campañas de prevención e importándoles poco las tantas estrategias y consejos que casi a diario nos lanzan.

Hoy día no es suficiente mostrar imágenes repugnantes de personas afectadas por el cáncer o malformaciones en los fetos para detener el consumo de este producto. Tal vez hace algunas décadas hubiera sido suficiente con mostrar los dientes deteriorados de los fumadores empedernidos, pero hoy día, con tantas cosas más grotescas que vemos diariamente, parecerían caricaturas tratando de imitar la realidad.
Si las imágenes presentadas en las cajetillas no han provocado que la gente deje de fumar, ¿por qué enfrascarse en la misma estrategia?
Nos tocó trabajar para una ONG que lucha en contra del tabaco, pero por desgracia no tenían otra visión más estratégica que mostrar las atrocidades de éste, algo que ya vimos, vemos y seguramente seguiremos viendo en el futuro. Aunque tratamos de mostrarles otra forma de alejar a la gente y sobretodo a los jóvenes, creían fielmente que mostrar más imágenes grotescas era el camino ideal. Mala idea, mala planeación, mala estrategia.
¿Si en lugar de mostrar el lado negativo del tabaco nos enfocáramos en el lado positivo de NO FUMAR? ¿No sería una mejor manera de llegar a la gente cansada de campañas negativas y de regaños al por mayor?
Recordemos que a los jóvenes no hay que decirles que NO hacer, pues causaremos el efecto contrario. Pero sí podemos decirles el lado bueno de no fumar. Cambiemos la estrategia, cambiemos el paradigma, pero sobretodo cambiemos la forma de comunicar el mensaje.
Cabe aclarar que estamos a favor de la libertad de expresión siempre y cuando ésta sea de forma responsable pero especialmente informada.
Seamos creativos.

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